“Cada acción que tomas es un voto por el tipo de persona en el que deseas convertirte.” - James Clear
La constancia no nos llama la atención. No es brillante, ni inmediata, ni emocionante. A veces es repetitiva, silenciosa, y puede sentirse frustrante cuando los resultados no llegan tan rápido como esperamos. Pero es justamente ahí donde ocurre lo importante. Porque repetir algo, incluso cuando no ves cambios, es lo que construye la base de cualquier transformación real.
No es cuestión de fuerza de voluntad extrema ni de hacerlo perfecto todos los días, sino de seguir apareciendo, aun cuando no hay ganas, aunque sea con las acciones más pequeñas. Así, llega un día en el que lo que antes requería mucho esfuerzo, empieza a sentirse natural, y se vuelve, de alguna forma, parte de ti y tu identidad.
La constancia no se trata de exigencia, se trata de presencia sostenida. De dar espacio al proceso. De no rendirse cuando nada se ve. De seguir pasito a pasito porque sabes que ahí, en silencio…